Sufre una neuropatía y reclama al IPROSS por un tipo de análisis que le permita iniciar un nuevo tratamiento

Según relató la propia Julieta, “yo tengo una neuropatía llamada Charcot-Marie-Tooth es un grupo de trastornos hereditarios que causan lesiones en los nervios y se me van atrofiando piernas y brazos” señalando que “hoy en día tengo 30 años y mi idea es apuntar a hacerme estudios genéticos para ver si puedo iniciar algún tipo de terapia que me permita estar mejor”, agregando que “todo el tiempo estoy buscando que nuevos tratamientos existen y así me enteré que en algunos países como China están explorando con uso de células madres para esta patología”.

“A mí, me diagnosticaron esta neuropatía desde los 5 años y desde siempre he estado haciendo terapias para tratar de estar mejor, haciendo mucha kinesiología, Pilates, gimnasia, pileta, tratando de todos los días hacer actividades, intentando siempre de ser lo más independiente posible, pero siempre como que mi cuadro va avanzando bastante” detalló.

Asimismo, explicó que “hace poco tiempo fui a Bariloche a ver un especialista en este tipo de neuropatías que me mandó a hacer unos estudios genéticos para así quizás poder iniciar un nuevo tratamiento”.

Según detalló, “ahí es donde empezó la parte más tortuosa, al reclamarle a mi obra social, que es IPROSS para que me cubra estos análisis” agregando que “sí me cubre muchas de las terapias que realizo, como la kinesiología, pero estos estudios no. Solo es por reintegro, pero tienen un costo que excede a mi economía ya que salen más de un millón de pesos y yo dependo solamente de una pensión que recibo por lo que es inalcanzable para mi bolsillo”.

Por otro lado, señaló que “otra problemática que tengo es que he pedido a IPROSS por las férulas para mis piernas para poder fortalecerlas más, pero las pedí en julio del año pasado al igual que las muñequeras de neoprene y otras cosas, pero tampoco he tenido novedades”, remarcando que “en teoría la obra social me tendría que suministrar dos juegos de férulas por año, pero lamentablemente no es así”.

“No me dan ningún tipo de respuestas, solamente un número de teléfono para que yo me ponga en contacto ya que dicen que acá en las oficinas de El Bolsón no tienen ninguna novedad” enfatizó, destacando que “yo podría estar trabajando fortaleciendo mis piernas con estas férulas articuladas, pero lamentablemente no puedo hacerlo”.

Es por ello que la joven ha tomado la determinación de hacer pública su situación buscando obtener alguna respuesta. También indicó que “además inicié acciones legales a través de un recurso de amparo, buscando agilizar todo esto que lamentablemente es un gasto de energía muy grande para mí tener que estar todo el tiempo peleando por lo que me corresponde” remarcando que “teniendo los certificados con los que cuento, podrían desde IPROSS agilizarme todas las gestiones y más con lo que me cuesta tener que estar movilizándome”.