Lago Puelo: Comenzó el juicio por jurados contra un médico acusado de abusar de una paciente durante una consulta

La acusación sostiene que el profesional se valió de su rol y de una maniobra física para inmovilizar a una paciente durante una consulta. La defensa negó los hechos y afirmó que la denuncia es falsa. Tras los alegatos de apertura, comenzó la producción de prueba.

Lago Puelo03 de diciembre de 2025 Redacción
Diaz_Mayer_Carlos

Ante un jurado popular se inició este martes un nuevo juicio por jurados en la localidad de Lago Puelo. La acusación está a cargo de la Fiscalía de Lago Puelo, representada por el fiscal general Carlos Díaz Mayer, quien intentará probar que el imputado —un médico de la región— abusó sexualmente de una paciente aprovechando una situación de confianza y una clara relación desigual de poder.

Según la hipótesis fiscal, el profesional utilizó una maniobra física para inmovilizar a la víctima e impedirle cualquier posibilidad de defensa mientras cometía el abuso. Por su parte, la defensa negó los hechos en su totalidad y sostuvo que la denuncia es falsa. Concluidos los alegatos iniciales, el debate ingresó en la etapa de producción de la prueba.

De la consulta médica al abuso
El hecho investigado ocurrió la mañana del 13 de julio de 2018, en un consultorio médico. De acuerdo a la acusación, la mujer había concurrido para tratar un desgarro en un gemelo y realizarse una ecografía. Tras esa primera evaluación, el imputado le indicó que regresara al día siguiente para un supuesto tratamiento de drenaje linfático con el uso de botas especiales y ventosas, presentándose además como especialista en flebología.

Siempre según la teoría del caso, una vez que la paciente se encontraba recostada boca abajo en la camilla, el acusado desvió el objetivo del tratamiento y comenzó a realizar tocamientos que no tenían ninguna finalidad médica. El punto central de la acusación es que el médico habría utilizado su propio cuerpo para quitarle la ropa e inmovilizarla de manera sorpresiva, dejándola en un estado de total indefensión.

La víctima, de acuerdo al relato fiscal, quedó prácticamente “maniatada”, sin posibilidad de incorporarse, correrse o resistirse al abuso que se produjo a continuación.

La amenaza y el intento de silenciamiento
Durante la apertura del juicio se relató también uno de los momentos más tensos del caso. Según denunció la víctima, mientras intentaba zafarse de la presión física, el imputado le habría advertido: “Te quedás quietita y calladita la boca, que acá nos conocemos todos, no se te ocurra hacer quilombo”, en una clara amenaza destinada a garantizar su impunidad.

Las pruebas y el enfoque de violencia de género
Para sostener la acusación, la Fiscalía presentará pericias psicológicas que dan cuenta de síntomas de estrés agudo compatibles con la vivencia de un hecho traumático, con secuelas que persisten hasta el presente.

El caso es encuadrado por el Ministerio Público Fiscal como un hecho de violencia de género, al considerar que existió una relación desigual de poder. Según la acusación, el imputado no solo se valió de su fuerza física, sino también de su rol de médico, del ámbito de confianza que genera una consulta y de la privacidad del consultorio para vulnerar a una paciente que había acudido a buscar atención para su salud.

El jurado popular tendrá ahora la responsabilidad de analizar la prueba y determinar si existió o no el abuso en los términos planteados por la acusación.

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